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DIRECCION
AV LOS PINOS MZ D LOTE 23 URB EL PINAR COMAS
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VÉRTEBRAS LUMBARES Y ZONAS QUE AFECTA.
SÍNTOMAS Y EMOCIONES
VÉRTEBRA L1
Zonas: Intestino grueso.
Provoca: estreñimiento, colitis, diarrea.
Emociones asociadas: ansia de amor y necesidad de
soledad, inseguridad.
VÉRTEBRA L2
Zonas: Apéndice, abdomen, muslos.
Provoca: calambres, varices, acidosis
Emociones asociadas: estancamiento en el dolor de la
infancia, no se ve ninguna salida.
VÉRTEBRA L3
Zonas: Órganos sexuales, útero, vejiga, rodillas
Provoca: Problemas de vejiga, irregularidades
menstruales, aborto espontáneo, enuresis, impotencia, dolores de rodilla.
Emociones asociadas: maltrato sexual, culpa, odio
contra uno mismo.
VÉRTEBRA L4
Zonas: próstata, músculos de la parte baja de la
espalda
Provoca: ciática, lumbago, dolores de espalda.
emociones asociadas: rechazo de la sexualidad,
inseguridad económica, miedo a la profesión, sensación de impotencia.
VÉRTEBRA L5
Zonas: Piernas, tobillo, pie
Provoca: mala circulación en las piernas, tobillos
hinchados, tobillo y empeines débiles, pies fríos, calambres y debilidad en
piernas.
emociones asociadas: inseguridad, dificultad para
comunicarse, ira. Incapacidad de aceptar el placer.
SACRO
Zonas: huesos de la cadera, nalgas.
Provoca: problemas de los huesos sacro e ilíaco,
escoliosis.
emociones asociadas: pérdida de poder, obstinada y
vieja ira.
COCCIX
Zonas: recto, ano
Provoca: hemorroides, prurito, dolor al sentarse en el
propio hueso.
emociones asociadas: falta de armonía con uno mismo,
culpa. Aferramiento a antiguos dolores.
¡DESCUBRAN LAS EMOCIONES CAUSANTES DE
LOS DOLORES EN LAS DIFERENTES PARTES DE LA ESPALDA!...
La espalda representa el sostén y el soporte de la
vida. Es el lugar que me protege si me siento impotente frente a una persona o
una situación (doy la espalda) en caso de necesidad. Si mi peso es excesivo, si
carezco de “respaldo” o si no me siento bastante “respaldado” (afectivamente,
monetariamente, etc.), mi espalda reaccionará en consecuencia y ciertos dolores
(agujetas) pueden manifestarse.
Puedo tener la espalda ancha y ser capaz de recibir o
bien inclinarme humildemente, inclinarme por respeto o aceptación. Poco importa el motivo, un dolor de espalda
indica que quiero quizás salvarme de algo colocándolo detrás mío, porque es con
mi espalda que olvido las experiencias que me causaron confusión o pena. Pongo
todo lo que no deseo ver o dejar ver a los demás, jugando así a la avestruz.
Estoy profundamente herido, incapaz actualmente de
expresar estas emociones bloqueadas.
¡Rechazo ver lo que me conviene!
¡Acepto liberar ahora las energías
retenidas en los lugares que me duelen! Una
espalda flexible pero fuerte indica cierta flexibilidad mental y una gran
apertura mental contrariamente a las rigideces dorsales que significan orgullo,
poder y negación a ceder.
Sentado bien cómodamente, puedo tener la
sensación de estar protegido, en total seguridad. Sin embargo, aun cuando mi
espalda sirva para soportar estas cosas indeseables y jugar a la “avestruz”,
acepto ver lo que me molesta y expresarlo.
Actuando de este modo, me libero del
peso que llevaba. La postura adoptada da indicaciones sobre lo que vivo y sobre
mi modo de transigir con las situaciones de mi vida: si estoy en reacción
frente a la autoridad, si quiero tener razón frente a alguien o frente a algo,
voy a “tensar la espalda” por orgullo.
Si, al contrario, vivo sumisión, si tengo miedo,
si me siento débil, voy a “curvar la
espalda” y cuantas más grandes sean mis preocupaciones, más “me dolerá la espalda”.
Ciertas personas integran más las dificultades de la
vida en la escritura, el diálogo o el intercambio. Elijo el medio que mejor me
conviene y dejo que la vida fluya en mí para aprender a expresarme más y
afirmarme cuando lo necesito.
Acepto que la vida me sostenga en cada instante y
“levanto los hombros”, sabiendo que tengo la fuerza necesaria para realizar
todos mis proyectos.
DOLORES DE LA PARTE SUPERIOR DE LA
ESPALDA
(7 vértebras cervicales)
La parte superior de la espalda corresponde a la
región del corazón y al centro energético cardíaco. Los dolores de espalda se
refieren a las primeras fases de la concepción, a las necesidades de base y a
la estructura más fundamental del ser.
Las 7 vértebras cervicales están particularmente referidas en este sector.
Las vértebras cervicales se refieren a la comunicación y a mi grado de apertura
frente a la vida. Mi ingenuidad puede hacerme vulnerable a este nivel.
Si tengo la sensación que se me quiere juzgar, criticarme o herirme,
podré estar afectado en este plano y tendré tendencia a encerrarme como una
ostra.
Las cervicales C1 C2 y C3 están particularmente
afectadas si me desvalorizo al nivel de mis capacidades intelectuales y las
cervicales inferiores reaccionarán a la injusticia que puedo tener la sensación
de vivir en mi vida o a la que veo alrededor mío y que me repugna.
Además, cada vértebra me da las informaciones
adicionales sobre la fuente de mi malestar.
C1:
Primera vértebra cervical que se llama el ATLAS y que lleva el número
C1, sirve de soporte a la cabeza. Es un pilar que mantiene la cabeza en
equilibrio. Si me preocupo demasiado (= me rompo la cabeza”) frente a una
situación o a una persona, mi cabeza se hace más pesada hasta darme dolores de
cabeza y C1 podrá tener dificultad en soportar la carga. Si manifiesto
estrechez mental, si rehusó mirar todas las facetas de una situación, si soy
rígido en mi modo de pensar, C1 reaccionará dejando sus actividades, dejando de
poder pivotar.
Estará paralizada por mi miedo, mi desesperación frente a la vida, mi
negatividad, mi dificultad en expresar mis emociones.
Un mal estado de C1 se acompaña generalmente de dolores que afectan la
cabeza, el cerebro y el sistema nervioso, etc.
Debo aprender a escuchar mi interior, a guardar mi
mente abierta, a traer más calma en mi vida para disminuir mi actividad
cerebral, permitiéndome así ver la realidad bajo un día nuevo, con más
confianza.
C2 =
La segunda vértebra cervical trabaja en estrecha colaboración con C1.
Se la llama AXIS. Es el pivote que permite a C1 moverse. C2 está
conectada con los principales órganos de los sentidos, es decir los ojos, la
nariz, las orejas, la boca (lengua). Por esto estarán afectados éstos cuando C2
tenga un malestar. Si soy rígido en mi modo de percibir la vida, si rehusó
soltar mis viejas ideas para dejar sitio a lo nuevo, si me preocupo siempre por
el día siguiente,
C2 corre el gran riesgo de volverse también rígida.
Frecuentemente, mis lágrimas son secas porque reprimo mis emociones y que mis
penas, mis decepciones, mis pesares quedan hundidos dentro mío. El “lubricante”
(mis lágrimas de pena o de alegría) siendo carente, C1 no se articulará sobre
C2 tan fácilmente. Habrá irritación, calentamiento, igual como en mi vida
cotidiana. Esto se produce particularmente en el caso de la depresión, de una
emotividad excesiva (si por ejemplo, hay un conflicto familiar), de ira, de
revuelta y todo esto siendo generalmente causado por el miedo de ir hacia
delante, de cambiar, de tomar sus responsabilidades; del enjuiciamiento de los
demás y de sí mismo, por la no estima de sí que puede llevar a un deseo de auto
destrucción (suicidio). ¡Debo aprender a tomar contacto con mis emociones y a
asumirlas, a tomar mi lugar expresando lo que vivo para que el flujo de energía
empiece a circular en mi cuerpo y que C2 pueda volver a funcionar en armonía
con C1 y que todo “bañe en aceite”!
C3 =
Tercera vértebra cervical C3 es una eterna solitaria. A causa de su
posición, no puedo contar con nadie o trabajar en cooperación con otras
vértebras. Si mi C3 no se encuentra bien, yo también puedo tener la sensación
de que debo despabilarme solo. También puedo replegarme sobre mí mismo, vivir
“en mi burbuja” y evitar toda forma de comunicación (tanto oral como sexual)
con mi entorno. “¿Para qué perder mi tiempo? ¡De todos modos, nunca se me hace
caso y nunca se entienden mis ideas o mis estados de ánimo!” Entonces se
produce la rebelión, el desánimo, porque mi sensibilidad está afectada en lo
más hondo de mí. Incluso puede apoderarse de mí la angustia.
El desgaste del tiempo hace su labor y mis sueños y
mis deseos más queridos se desvanecen poco a poco. Me vuelvo irritable, amargo
con una persona o una situación que no consigo digerir.
La soledad puede tanto ser benéfica para recuperarme,
hacer balance, ver claro en mi vida, como puede ser un medio de huir mis
emociones, la realidad hacía la cual vivo mucha incomprensión. ¡La elección me
incumbe! Tomo nota de que una dolencia en C3 puede conllevar daños en mi rostro
(piel, huesos o nervios) así como en las orejas y los dientes.
C4, C5, C6 =
Las vértebras cuarta, quinta y sexta cervicales C4, C5, C6 se ubican al
nivel de la tiroides y están en estrecha relación con ésta. Ésta juega un papel
mayor en el lenguaje, la voz, (cuerdas vocales) y cualquier desarmonía en lo
que a comunicación se refiere tanto cuando me expreso yo como cuando otras
personas me comunican hará que reaccionen C4, C5 y C6. Puede que me haya
ofuscado con lo que haya oído, causando indignación e ira.
C4, C5 y C6 reaccionan aún más fuerte si además no expreso mis
opiniones, mis frustraciones.
Mi porcentaje de agresividad corre el riesgo de
incrementarse, lo cual cierra los canales de comunicación al nivel de estas 3
vértebras cervicales. Trago mal lo que a mí se me presenta. Tengo tendencia a
rumiar ciertos acontecimientos para un largo período de tiempo.
Frecuentemente aparecen dolencias y dolores que
afectan todo mi sistema de comunicación verbal: boca, lengua, cuerdas vocales,
faringe, etc. y todas las partes de mi cuerpo que se sitúan entre el nivel de
mi boca y de mis hombros pueden estar afectadas.
Tengo ventaja en aceptar que cada experiencia es una oportunidad de
crecer y que hay una lección por sacar de todo.
Debo dejar fluir en vez de obstinarme y de estar enfadado con la vida.
Sino, mi cabeza se pone a “hervir” y me siento sobrecargado por todas las
tareas que realizar y que me parece no poder llegar a realizar.
Necesito expresarme, o bien por la palabra, la escritura, la música, la
pintura, o cualquier otra forma de expresión que me permitirá “volverme a
conectar” con mi creatividad, mi belleza interior.
Todos mis sentidos entonces estarán estimulados, activados, lo cual
activará mi tiroides y permitirá que C4, C5 y C6 funcionen normalmente. Los
dolores sentidos en esta región podrán así desaparecer.
C7,
La última vértebra cervical C7 está influenciada
altamente por todo mi lado moral, mis creencias y mi lado espiritual también.
Si vivo en armonía con las leyes de la naturaleza, si escucho los mensajes que
mi cuerpo me manda y la vida en general, C7 va a funcionar mejor.
Al contrario, si vivo ira, si estoy
cerrado a las opiniones y a los modos de ver de las personas con quienes me
relaciono, si me elevo y me enfrento con otras ideologías diferentes de la mía
sin una mente abierta, C7 reaccionará fuertemente y podrá afectar mis manos,
codos y brazos que podrán inflamarse o tener dificultades en moverse.
El funcionamiento de mi tiroides estará
afectado. Del mismo modo, remordimientos de consciencia con relación a una
palabra dicha, un acto hecho o un pensamiento mandado hacía una persona también
van a afectar C7.
Si vivo emociones intensas en mi vida, si estoy
decepcionado, si tengo miedo de estar rechazado, si me escondo debajo de mi
concha para evitar estar herido “otra vez”, C7 podrá estar afectada.
Debo aprender a discernir lo que es bueno para mí y lo
que no lo es. Debo respetar los puntos de vista de cada persona incluso si son
diferentes de los míos. Abriendo mis brazos a los demás es como voy a aprender
mejor y podré realizar mejor las elecciones que me permitirán sentirme más
libre.
DOLOR EN LA PARTE CENTRAL DE LA ESPALDA
(12 vértebras dorsales)
La parte central de la espalda representa la gran
región torácica del cuerpo comprendida entre el corazón y las vértebras
lumbares.
Es una región de culpabilidad emocional y afectiva.
Las 12 vértebras dorsales se relacionan principalmente
con esta región:
D1 =
La primera vértebra dorsal D1 puede reaccionar fuertemente cuando voy
hasta mis límites bien sea en mi trabajo, bien sea en el deporte, en suma, en
todas las situaciones en que voy hasta el final de mis fuerzas mentales,
físicas o emocionales.
No aprecia tampoco un “dopaje” que sea bajo forma de alcohol o de droga,
la que sea. Su sensibilidad en ese momento estará a flor de piel.
Me construyo entonces medios de auto protección para protegerme de mi
entorno y evitar estar herido.
Esto puede manifestarse sobre todo en mis gestos o en mis palabras: por
ejemplo, tiendo a apartar a los demás por mi frialdad o por palabras hirientes. Esto puede incluso manifestarse por una toma de peso importante, éste
siendo mi protección natural y física, porque quiero inconscientemente “ocupar
más sitio” y dejar menos a los demás. También esto puede esconder timidez
actual y con la cual tengo dificultad para transigir. Se pondrá aún más en
evidencia si temo perder el amor de la gente.
Debo vigilar y evitar acurrucarme sobre mí mismo
rumiando negatividad constantemente, siendo siempre fijado en las mismas ideas
y frustraciones.
Un mal estado de D1 puede traer dolencias en cualquier
parte de mi cuerpo situada entre mis codos y la punta de mis dedos, así como
dificultades respiratorias (tos, asma, etc.)
D2 =
La segunda vértebra dorsal D2 reaccionará fácilmente
cuando mi emotividad esté afectada. Si acumulo y ahogo mis emociones, entonces
D2 me mandará un mensaje y aparecerá el “dolor de espalda”.
Si tengo la sensación de que no tengo mi lugar en la
vida y en la sociedad, que la vida es “injusta” y que me siento víctima de los
acontecimientos, D2 estará afectada.
Puedo ser particularmente sensible a todo lo que toca
a mi familia, y vivo situaciones de conflicto o desarmonía de un modo intenso.
Puedo haber almacenado viejos rencores.
También puedo remover constantemente experiencias
pasadas, recuerdos, queriendo fijar mi realidad en acontecimientos pasados en
vez de mirar el porvenir con confianza y viviendo intensamente el momento
presente.
Puedo contemplar una nueva situación que me trae un
miedo a lo desconocido.
¿Voy a tener demasiadas responsabilidades?
¿Voy a estar sostenido o deberé despabilarme solo?
¿Cómo van a reaccionar la gente alrededor mía?
Si dudo de mí, de mis capacidades, podré reaccionar jugando
el papel de los “duros de roer” volviéndome muy autoritario; tendré así la
sensación de controlar la situación, sabiendo muy bien que tiemblo de miedo,
yendo incluso hasta tener angustia.
También puedo volverme irritable frente a una persona
o un suceso y reacciono por saltos de humor.
Una D2 en mal estado suele estar acompañada de
malestar y dolores en el corazón y los órganos que se vinculan a ellos, así
como a los pulmones. Aprendo a pedir y a hacer confianza en mi capacidad de
aceptar nuevos retos. Suelto mi pasado y me giro hacia el futuro sabiendo que
ahora soy capaz de tomar mi lugar en armonía con mi entorno.
Puedo también leer la sección referente al corazón
para tener otras pistas.
D3 =
La tercera vértebra dorsal D3 está esencialmente relacionada
con los pulmones y el pecho. Puedo ir a consultar lo referente a estos dos
temas para ver cuáles son las causas que pueden afectarles y tendré una pista
para saber porqué D3 me manda también mensajes.
Además, todo lo que puedo percibir por mis sentidos y
que no me conviene del todo hará reaccionar D3. Ya que soy muy sensible a mi
entorno, me he confeccionado un sistema con el cual sé lo que está bien y lo
que está mal, lo que es aceptable o no.
Puedo estar fijado y rígido en mi modo de pensar o ver
las cosas.
Tengo tendencia a juzgar cualquier persona o situación
que no entre en mi definición de “correcto”.
Puedo reaccionar fuertemente frente a lo que considero
ser una “injusticia”. Incluso puedo volverme colérico, incluso violento
mientras no esté de acuerdo con lo que veo, percibo u oigo.
También puedo construirme un “escenario” en mi cabeza,
disfrazando la realidad, frecuentemente a causa de mi miedo a ver la realidad
de frente y también porque la realidad que me rodea me deprime. Entonces, tengo
menos gusto de vivir, ya no tengo el sentimiento de estar en seguridad. Puede
invadirme la tristeza. Ya no tengo el gusto de luchar.
La depresión se va apoderando de mí progresivamente, y
querré cortarme de este mundo que sólo me trae pena, frustración, ansiedad.
Debo aprender a ver la vida bajo un nuevo día.
Aceptar que no pueda vivir en un mundo perfecto pero
que cualquier situación es perfecta porque cada situación me permite sacar una
lección.
D4 =
La cuarta vértebra dorsal D4
se refiere a los placeres, a los deseos, a las
tentaciones frecuentemente insatisfechos.
A veces mis esperas son desmesuradas, carecen incluso
de realismo y me vuelvo irritable, colérico porque “mis deseos” no están realizados.
Estoy enfadado con la vida, mi entorno. En el fondo de
mí, siento un vacío tan grande, generalmente afectivo, que tengo tendencias
depresivas y el único modo que conozca de equilibrar este estado de ser y traer
algo “picante” en mi vida será crear un estado de excitación, bien sea
naturalmente o artificialmente.
Puedo practicar deportes de emociones fuertes (paracaidismo, alpinismo,
etc.) o puedo tomar drogas para ponerme en un estado de éxtasis y de bienestar
temporal. Me refugio así en un mundo imaginario, protegido de todos. Sin
embargo, no estoy al albergue de las emociones que he inhibido y de las cuales
he intentado escapar.
En apariencia puedo ser muy libre, pero en realidad, estoy encarcelado
en mi ira, mis penas, mis frustraciones, y por mi miedo a estar asfixiado por
el amor de los demás, porque nunca supe reconocerlo y aceptarlo. Entonces,
tengo tendencia a rechazar a los demás. Me opongo, me mantengo distante y
alimento esta cuneta con mi mal humor, mi actitud depresiva.
Es importante que reconozca y que acepte mis emociones para poder
integrarlas y permitirme vivir plenamente mi vida.
Cuando D4 está afectada, también puede seguir una dificultad con la
vesícula biliar.
D5 =
La quinta vértebra dorsal D5 está tocada cuando me vuelvo
a encontrar en una situación en que tengo la sensación de perder el control. Me
siento entonces desestabilizado. Incluso puedo hallarme en un estado de pánico.
Esto se produce en particular en el plano afectivo
con relación a mi cónyuge, un miembro de mi familia, un amigo cercano, etc.
Este control se esconde a veces bajo una
apariencia de “querer ayudar a alguien”, “guiarlo”, “ayudarle en sus
dificultades”, pero en el fondo de mí, ejerzo un control para con esta persona,
estando en posición de “fuerza” incluso inconscientemente.
Si las cosas no suceden como lo deseo,
puedo volverme frustrado, crítico, impaciente e incluso colérico, y D5
reaccionará violentamente.
Quiero darme una imagen de “duro de roer” que
tiene la “espalda ancha” y que “es capaz de cargar”. Pero, en el fondo, sé que
me cargo demasiado los hombros, lo cual me lleva a estar inseguro, angustiado,
en rebelión contra mi entorno que hago responsable de mi malestar.
Tengo grandes ambiciones, lo cual me
hace a veces apartarme de mis valores profundos y actuar en contradicción con
éstas. Entonces, me echo en relaciones artificiales con la gente, viviendo
decepción tras decepción, porque el amor verdadero, sencillo, no es bastante
presente.
Es importante que esté a la escucha de mi interior,
que tome contacto con mi esencia, con mis verdaderos valores para que vuelva la
calma en mi vida y que vea claro en los acontecimientos, desarrollándome y
siendo capaz de vivir el amor verdadero. Se debe observar que el mal estado de
D5 frecuentemente está acompañado de diversos malestares afectando mi hígado y mi circulación sanguínea.
D6 =
La sexta vértebra dorsal D6, va a reaccionar cuando me crítico y que me
juzgo severamente. Puedo haber estado educado en un entorno muy estricto en el
cual los valores y las líneas de conducta debían seguirse al pie de la letra.
Habiendo crecido en este clima autoritario y no permisivo, ahora puedo
tener “casos de consciencia” en los cuales quisiera darme gusto, coger tiempo
para mí pero juzgo que esto no es “correcto” y “ que no me lo merezco”. Me creo
preocupaciones inútilmente porque no dejo de analizar cada uno de mis gestos,
cada una de mis palabras, cada uno de mis pensamientos, para estar seguro de
que “estoy correcto”. Me corroe la culpabilidad por dentro. La angustia está
muy presente y me auto castigo cortándome del mundo.
Tengo dificultad en aceptarme. Me siento víctima de la
vida, impotente frente a los acontecimientos.
Juzgo severamente éstos sin querer aceptar que están
aquí para hacerme crecer, pero viéndolos preferentemente como castigos,
injusticias. Vivo entonces en la frustración y la incomprensión, el
resentimiento, envidioso y celoso de los demás.
Por esto una D6 en mal estado se suele acompañar de malestar al nivel
del estómago. Tengo necesidad de estar más flexible y permisivo
para conmigo y aprendo a ver positivo en cada acontecimiento, sabiendo que cada
experiencia me lleva a conocerme más y a volverme mejor.
D7 =
La séptima vértebra dorsal D7 es una
trabajadora de trabajos forzados. Si en mi vida, me empujo al límite en las
cosas que debo hacer, sin escuchar mi cuerpo cuando necesita descansar o
relajarse, D7 va a echar un grito de socorro.
Es posible que así quiera olvidar o huir
a alguien o una situación cualquiera. Puede que quiera olvidar mis problemas
financieros, afectivos, etc. Parándome, es muy posible que afloren el desánimo
y la insatisfacción frente a mi vida, cosa que no quiero.
Acumulo mucha ira y agresividad: todo ruge adentro mío
porque “la vida no tiene nada bueno para ofrecerme”. Me obstino, incluso me
bloqueo sobre ciertas ideas que me obsesionan.
Debo aprender a apreciar lo que tengo y lo que soy y
ver toda la abundancia que es presente en mi vida. Tengo el derecho de tomar
tiempo para mí, tengo el derecho de vivir emociones en vez de dejarlas hervir
adentro mío.
Me concedo el derecho de vivir mi pena, mi decepción,
mis miedos porque es así como podré aceptarlos y cambiarlos en positivo.
Puedo hacer mi limpieza interior a medida y dejar que
D7 funcione normalmente. Es así como los
males que acompañan frecuentemente una D7 en mal estado y que tocan
frecuentemente el páncreas y el duodeno podrán también irse.
D8 y D9 =
Las octava y novena vértebra dorsal D8 & D9 que hallo a la altura
del diafragma y que están estrechamente vinculadas, se parecen en todo. Por
esto, se tratan juntas.
Se afectan principalmente cuando vivo inseguridad debido a un miedo que
tengo de perder el control en una situación o con una persona.
Me siento más seguro de mí cuando dirijo perfectamente todos los
aspectos de mi vida, cuando orquesto perfectamente cualquier situación para
saber exactamente qué debo esperar.
Me escondo en mi burbuja de cristal, sin hacerme preguntas ni hacer
esfuerzos para cambiar lo que sea en mi vida. Vivo todas mis emociones “para
dentro”. Pero este “supuesto equilibrio” está trastornado, D8 y D9 asustadas
reaccionan fuertemente, acurrucándose de miedo.
La desesperación puede tener lugar y tengo el mal de vivir. Tengo
dificultad en ver la luz al final del túnel. Puedo sentir desprecio por la vida
y me dirijo hacía un abismo que sólo puedo vencer haciendo confianza en la vida
y dejando ir el control que ejerzo.
Porque es soltando cuando gano el dominio de mi vida.
Tomo nota que una D8 lastimada puede acompañarse de dolores del
diafragma y el bazo (incluyendo los trastornos de la sangre) mientras que D9 en
mal estado estará acompañada de alergia o de un mal funcionamiento de las
glándulas suprarrenales o de urticaria.
D10 =
Cuando la décima vértebra dorsal D10 está afectada, esto suele reflejar
una profunda inseguridad frente a la cual me siento sin armas, sin recursos. Mi
confianza está en su nivel más bajo y necesito “un pequeño tónico” para
ayudarme a darme más valor y a olvidar mis preocupaciones. Frecuentemente, esto
puede ser un consumo más grande de alcohol o de droga que de costumbre que me
dará “un pequeño estímulo”.
Sin embargo, cuando vuelvo a mi estado normal, las inseguridades aún
están presentes y mi vida se oscurece porque sólo veo el lado negativo de las
cosas.
Lo veo todo en negro, rechazando la vida, compadeciéndome de mi mismo.
Estoy preocupado por pequeñeces y me enfado sin ser capaz de manifestarlo, sin
embargo, lo cual afecta mi sensibilidad que vuelve a flor de piel y que hace
que me irrito por futilidades.
Una D10 en mal estado se acompaña frecuentemente de dolores en los
riñones, reconocidos como la sede del miedo. Aprendo a
hacerme confianza y aprendo a ver la belleza alrededor mío y la que existe
dentro mío. Tengo el valor de pedir ayuda.
D11 =
Las anomalías en la onceava vértebra dorsal D11 se
hallan también cuando mi sistema nervioso tiene dificultad en funcionar. Mi
gran sensibilidad a todos los niveles hace que D11 se desforme porque también
desformo la realidad para sufrir menos.
El cambio a voluntad para que sea como quiero. Me “corto”
voluntariamente de mi entorno. Pero esto sólo puede durar cierto tiempo y debo
pronto o tarde enfrentar la realidad. En ese momento, una tensión interior se
habrá instalado, y tendré dificultad en transigir con ella.
Esto puede volverse tan insoportable que incluso puedo tener ideas de
suicidio ya que vivo en la incomprensión y que tengo miedo del porvenir porque
me siento impotente en cambiar las cosas en mi vida.
Me considero “víctima”, herido en mis sentimientos. Rumio lo negativo y
hago pocos esfuerzos para sacarme de esta situación.
Debo aprender a moverme e ir hacia delante en vez de estancarme en un
estado de ser comatoso y complacerme en la pasividad. Las dolencias en la D11 se acompañan frecuentemente
de dolores en los riñones así como de enfermedades de piel (eczema, acné,
etc.). Empiezo a creer también que es posible cambiar cosas
en mi vida pero que debo estar listo para invertir esfuerzos y pedir ayuda.
D12 =
La doceava vértebra dorsal D12 está afectada sobre
todo cuando vivo en un lugar cerrado.
Tengo tendencia a criticar, juzgar, saltar fácilmente
a conclusiones, no porque haya comprobado sino solamente porque mis
observaciones pueden darme falsas impresiones y que las interpreto a mi modo.
Esto me lleva a vivir mucha ira que me “roe interiormente”.
Mi mental es muy activo. Mi sensibilidad está “a flor
de piel”. Me construyo castillos de arena. Me invento todo tipo de escenarios.
Ya que tengo dificultad en transigir con mi entorno, vivo mucha inseguridad.
Puedo entretener ideas mórbidas, ya incapaz de
absorber lo que sea de lo que veo, siento o percibo y envidiando lo que tienen
los demás.
Una afección en el nivel de la D12 se acompaña frecuentemente de males
intestinales, dolores en las articulaciones, una circulación linfática
deficiente y así a veces afecciones en las trompas de Falopio. Aprendo a comunicar, a ir a comprobar con las personas relacionadas
para eliminar la duda y la inseguridad que me habitan. Así veo más claro en mi
vida y se establecen en mí la calma. Tanto es así que los dolores en medio de
la espalda son la señal clara de una relación difícil con la vida y las
situaciones de mi existencia.
Esta región de la espalda corresponde también al movimiento de
exteriorización de la energía de vivir que fluye por mí. Esto significa que en
período de madurez interior (cuando adquiero experiencia), varias cualidades
divinas tales como la confianza, el amor, el desapego (es decir el libre
albedrío) sobre todo en el plano afectivo) están puestas a prueba. Mis dolores de espalda e incluso
la espalda curvada pueden significar diversas cosas: culpabilidad en unas
situaciones en que no me he de sentir culpable, amargura o una débil confianza
en mí vinculada a una vida que siento muy pesada por llevar.
Puedo tener la sensación de que “están siempre pegados
a mi espalda”. Si tengo dolor de espalda, esto denota un gran sentimiento de
impotencia, frente a una situación presente difícil de tratar y en la cual necesitaría
ayuda.
La desesperación puede aparecer porque no me siento
bastante apoyado en el plano afectivo y padezco también inseguridad.
Tengo tendencia a retener mis emociones y vivo mucho
en el pasado.
Me quedo vinculado a dicho pasado.
Me siento inestable y ansioso.
El objetivo por alcanzar reside en una expresión más
activa de la energía divina.
Necesito ayuda y ánimo, conectarme con mi ser interior
que vela sin cesar sobre mí.
Mi cuerpo me da señales importantes. No hay vergüenza
ninguna en pedir ayuda. Al contrario, es un signo de inteligencia ya que esta
ayuda me permite ir hacia delante. Veo importancia en mi propia identidad y soy
prudente con mi ego y mis miedos.
Aprendo a comunicar con mi ser interior por la
meditación y la contemplación; con él hallaré muchas soluciones y respuestas.
Estar conectado con mi ser interior, es elegir vivir
mejor las situaciones de la vida.
DOLOR EN LA PARTE INFERIOR DE LA ESPALDA
Frecuentemente confundida con los riñones y comúnmente
asociada al dolor de riñones, esta área se sitúa entre la cintura y el coxis.
Es una parte del sistema de sostenimiento.
Dolores en esta región manifiestan la presencia de inseguridades
materiales (trabajo, dinero, bienes) y afectivas. “Tengo miedo de carecer de…!”
“Nunca lo conseguiré!”,
“Nunca conseguiré realizar esto!”
Expresan bien los sentimientos interiores vividos.
Estoy tan preocupado por todo lo material que siento tristeza porque hay
un vacío y este vacío me duele. Incluso puedo fundar mi valor personal en el
número de bienes materiales que poseo. Vivo una gran dualidad, porque deseo
tener tanto la “calidad” como la “cantidad”, tanto en lo que a relaciones
interpersonales se refiere como a lo que poseo.
Tengo tendencia a tomar demasiadas cosas sobre mis hombros y tengo
tendencia a dispersar mis energías. Intento hacerlo todo para ser amado y me
entretengo con la opinión que tienen de mí los demás. También puede tratarse de
una inquietud frente a una u otras personas.
Estoy preocupado por ellas y quizás tengo tendencia en “coger los
problemas de los demás sobre la espalda” y querer salvarlos. Mi impotencia
frente a ciertas situaciones de mi vida me vuelve amargo y reusó someterme,
pero tengo miedo. Este sentimiento de impotencia que puede llevarme hasta la rebelión
podrá conducirme a un “lumbago” o un “dolor de cintura”. No me siento sostenido
en mis necesidades de base y mis necesidades afectivas.
Tengo dificultad en hacer frente a los cambios y a la
novedad que se presentan a mí porque me gusta sentirme en seguridad en mi
rutina y mis viejas costumbres.
Esto revela frecuentemente que soy inflexible y rígido
y que quisiera ser sostenido a mi modo.
Si acepto que los demás puedan ayudarme
a su modo, voy a descubrir y tomar consciencia de que tengo el apoyo que
necesito. Así me vuelvo más autónomo y responsable.
Si se trata de un pinzamiento de los
discos lumbares, pongo probablemente demasiado presión sobre mí mismo en hacer
cosas para que me amen. Ya que se revela necesario un período de reposo,
aprovecho para mirar lo que está sucediendo en mi vida y volver a definir mis
prioridades. Al no sentirme sostenido, me vuelvo rígido (tieso) hacía los
demás.
¿Tiendo a culpar a los demás de mis
dificultades?
¿Me tomo el tiempo de expresar mis
necesidades?
Acepto que me único sostén viene de mí
mismo.
Volviendo a tomar contacto con mi ser
interior, establezco un equilibrio en mis necesidades y reúno todas las fuerzas
del universo que están en mí. Estas fuerzas me dan confianza en mí y en la vida
porque sé que me traen todo lo que necesito: físico, emotivo, espiritual.
¡Estoy sostenido en todo momento!
Las 5 vértebras lumbares se sitúan en
esta área.
L1 =
La primera vértebra lumbar L1 está afectada cuando
vivo un sentimiento de impotencia frente a alguien o a algo que no me conviene
y que tengo la sensación de no poder cambiar, que he de soportar.
Entonces, me vuelvo inerte, sin vida, gasto mucha
energía con cosas frecuentemente menores pero las aumento tanto que toman
entonces proporciones catastróficas, lo cual puede incluso hacer aparecer un
sentimiento de desesperación.
Puedo vivir inseguridad frente a aspectos de mi vida,
pero no tiene realmente razón de ser.
Quiero controlarlo todo, pero esto no es humanamente posible. Puedo
también vivir conflictos interiores entre lo que quiero hacer y que no me
permito.
Esto hace subir en mí frustración, agresividad e ira. Estos sentimientos
endurecen mi corazón si no me libero y amargan mi vida. Una vértebra L1 en mal
estado puede traer enfermedades relacionadas con las funciones de digestión
(intestino y colón) o eliminación (estreñimiento, disentería, etc.).
¡Tomo consciencia del poder que
tengo para cambiar el curso de mi vida, y sólo la mía! Vuelvo a establecer mis
prioridades para canalizar bien mis energías.
L2 =
El estado de la segunda vértebra lumbar
L2 depende mucho de mi flexibilidad frente a mí – mismo y a los demás.
La soledad y la amargura generalmente
causadas por una timidez pronunciada son también factores importantes que
pueden afectar L2.
Soy preso de mis emociones: al no saber cómo
vivirlas y expresarlas, y al ser éstas a veces vivas y explosivas, pongo
máscaras para protegerme y evitar que se pueda ver lo que sucede en mi
interior.
Mi malestar puede hacerse tan grande que
quiero “adormecer” mi mal con bebida, drogas, trabajo, etc. y L2 hará entonces
una llamada de socorro. Tengo tendencia a ver las cosas en negativo y a vivir
en un estado depresivo que veo muy poco porque estoy en un papel de víctima que
no me obliga a pasar a la acción o a cambiar cosas en mi vida. Igual como L1,
un sentimiento de impotencia y también mucha tristeza afectarán L2.
Soy bastante amargo frente a la vida
porque estaría supuestamente disfrutando de los placeres de la vida pero,
frecuentemente, no me autorizo a ello a causa de mis obligaciones o por deber,
para mostrar el buen ejemplo.
Debo aprender que no he de ser perfecto. A veces puedo
sentirme incapaz o impotente frente a una situación.
No he de culparme por ello o estar enfadado; solo he
de ser auténtico conmigo mismo y los demás y expresar simplemente mis penas,
mis alegrías, mis dudas, mis incomprensiones, mis frustraciones para estar más
abierto frente a los demás y para que L2 recupere vida también. Se debe
recalcar que una vértebra L2 en malas condiciones puede conllevar enfermedades
del abdomen, la apéndice o las piernas en donde podría ver aparecer varices.
L3 =
La tercera vértebra lumbar L3 se ve sobre todo
afectada cuando vivo situaciones familiares tensas o tormentosas.
Me impido decir o hacer cosas para no herir y no
molestar a los demás. Pero al hacer esto, me hago daño a mí mismo. Juego el
papel de “buen chico” o “buena chica” manifestando una gran flexibilidad. Pero
me vuelvo “bonachón” lo cual me causa frustración, sobre todo si debo poner mis
deseos de lado. Y quizás, también, me ponga de lado, particularmente a causa de
mi gran sensibilidad, sin saber mucho como dichas emociones estarán recibidas.
Me vuelvo “paralizado”, incluso
impotente, en mis emociones, en mi cuerpo, en mis pensamientos, lo cual impide
que se manifieste mi creatividad y todo lo vinculado a ella, en particular la
comunicación y la sexualidad que se quedan “rígidas” y “frígidas”.
Para superar el desánimo, debo tender
los brazos hacía los demás y atreverme a expresar mis emociones para que mi
pleno potencial creativo se despierte y se manifieste.
L4 =
Cuando la cuarta vértebra lumbar L4 se rebela, es
frecuentemente porque tengo dificultad en transigir con la realidad de todos
los días. Puedo complacerme en un mundo imaginario y esto puede llevarme a
vivir en la pasividad, estando un poco cansado de ver lo que ocurre alrededor
mío. Se instala cierta dejadez.
“¿Porqué preocuparse de todos modos?”
Sufro los acontecimientos y no los creo, lo
cual me puede dejar un sabor amargo. Igual como L4, necesito protegerme
cerrándome porque puedo fácilmente dejarme distraer o influenciar por lo que me
rodea, sobre todo por lo que la gente pueda decir de mí, y mi sensibilidad
puede estar altamente afectada.
También me rompo la cabeza
exageradamente y mi discernimiento está a veces erróneo o carente porque mi
mental es muy rígido, lo cual me impide tener una visión global de una
situación y en consecuencia soluciones o posibles vías frente a ella.
Entonces quiero controlar en vez de
escuchar mi voz interior. Debo aprender a escuchar ésta para recuperar el
dominio de mi vida.
¡Recupero mi poder de crear mi vía como
quiero y recupero el gusto de realizar grandes cosas!
Se debe observar que una vértebra L4 en mal estado puede conllevar
dolores en la región de mi nervio ciático y de la próstata en el hombre.
L5 =
Puedo preguntarme lo que sucede en mi vida cuando la
quinta vértebra lumbar L5 está afectada.
¿Tendría por casualidad una actitud de desprecio o de
pereza frente a una persona o una situación?
Puedo vivir un poco de celos, disgusto, frustración,
pero sin embargo ya tengo mucho, la vida me ha mimado y tengo dificultad en
reconocerlo.
Mi vida está teñida de lujuria (en todos
los niveles) y debo aprender a apreciar lo que tengo, y a cultivar mis
relaciones interpersonales: tengo dificultad sobre todo en el plano afectivo a
ser auténtico y a sentirme bien porque en el fondo de mí, vivo una gran
inseguridad y tengo dificultad en expresar lo que vivo.
Por lo tanto, tendré tendencia a ser
algo depresivo ya que pasaré frecuentemente de un cónyuge a otro sin saber
demasiado porqué sucede esto, sintiéndome “correcto” dentro de lo que estoy
viviendo. Inventaré toda clase de guiones y mi atención siempre estará centrada
en los pequeños detalles anodinos, lo cual me impedirá adelantar y pasar a otra
cosa.
Cierta amargura puede ensombrecer mi
vida e impedirme disfrutar de ésta. Aprendo a saborear cada instante que pasa y
a apreciar toda la abundancia que forma parte de mi vida.
Un mal estado de L5 puede ocasionarme dolores en las piernas, desde las
rodillas hasta los dedos de los pies.
La parte inferior de la espalda también forma parte
del sistema del centro del movimiento. Si tengo dificultad en transigir con la
sociedad, tanto desde el punto de vista de las orientaciones por tomar como del
sostén que espero de ella, puedo vivir frustración o resentimiento. No quiero
“negociar” con ciertas personas o ciertas situaciones.
Mis relaciones personales con mi entorno padecen de
ello. También puedo tener dificultad en aceptar que voy sumando años.
“Me hago viejo” y debo amansar lentamente la noción de
mortalidad.
Finalmente, la parte inferior de la espalda
está muy estrechamente vinculada a los dos centros de energía inferiores, el
coxis y el segundo centro de energía que está vinculado más específicamente a
la sexualidad.
Si vivo conflictos interiores o
exteriores para con ésta, si he reprimido mi energía sexual, puede manifestarse
un dolor de espalda.
Las 4 vértebras sagradas y las 5
vértebras del coxis están relacionadas con esta región.
Cuando las vértebras sagradas están
afectadas, puedo tener la sensación de que no tengo columna y que necesito a
otra persona para sostenerme. Estoy constantemente “probado” por la vida para
ver cuál es mi nivel de integridad y de honradez.
Tengo un enorme potencial, pero ¿estoy
listo para realizar los esfuerzos necesarios para cumplir mis objetivos?
Las
vértebras inferiores son las siguientes:
S1, S2, S3 =
Ya que las 3 primeras vértebras sagradas
están soldadas juntas, se tratarán juntas. Constituyen un todo. Reaccionan con
la rigidez que manifiesto, con mi estrechez mental en relación con ciertas
situaciones o ciertas personas, a mi mente cerrada que rehúsa oír lo que los
demás han de decir.
Quiero tener el control para sentirme
fuerte y en seguridad y, si lo pierdo, voy a estar enfadado, furioso y puedo
tener ganas de “pegar una paliza” a alguien por estar tan frustrado y lleno de
amargura.
Todos estos sentimientos generalmente
tienen su origen en mis relaciones afectivas que no siempre van como lo deseo.
La comunicación tanto verbal como sexual, es
deficiente, por no decir inexistente, y estoy constantemente volviendo a
plantear este tema. Tengo la sensación de tener que nadar a contracorriente y
me siento en un callejón sin salida.
Tengo interés en parar un momento y ver claro en mi
vida, a reflexionar sobre lo que quiero y edificar una base sólida.
S4, S5 =
Todos los deseos tienen su origen en las vértebras
sagradas cuarta y quinta. Si soy capaz de administrarlas bien, si tomo el
tiempo de descansar y hacer las cosas que me gustan, S4 y S5 funcionarán bien.
Sin embargo, si vivo culpabilidad, tratándome de perezoso y confrontándome a
mis deberes y mi moralidad, juzgando mi conducta “no correcta”, S4 y S5 pueden reaccionar fuertemente.
Tengo el derecho de hacer cosas para mí
y a veces evadirme, pero debo evitar que esto se vuelva un medio de huida,
evitando que me enfrente con mis responsabilidades.
En ese momento, la pereza puede no estar
benéfica: me mantiene en un estado pasivo de cansancio que me impide ir hacía
delante. Por esto, en casos extremos,
también estarán afectados mis pies.
El único modo de
curar el sacro quebrado o roto, es la inmovilidad física y el tiempo.
El sacro está vinculado al segundo centro energético que se sitúa al
nivel de la primera vértebra lumbar. Un desequilibrio de este centro energético
puede aparecer en las dolencias físicas siguientes: referente a los órganos
genitales, puede haber infertilidad, frigidez o herpes; en cuanto a los
riñones: cistitis, cálculos; en lo referente a la digestión y la eliminación:
incontinencia, diarrea, estreñimiento, colitis, etc. Las desviaciones de la columna vertebral (escoliosis) nacen generalmente
a este nivel y conllevan con ellas dolores de espalda.
El
segundo chakra o centro energético, influencia mis relaciones con mi entorno
y un malfuncionamiento de éste, que afecta mi sacro, será el signo de mi
estrés, mis angustias, mis miedos y mi tendencia depresiva que debo aprender a
administrar.
En
cuanto al coxis, está vinculado al primer chakra, o centro de energía, sede de la
supervivencia. Representa el fundamento de mi sexualidad, la realización
adecuada de mis necesidades de base (sexualidad, alimento, protección, techo,
amor[2], etc.).
El coxis está formado de cinco vértebras coxigianas que están soldadas
juntas. Representa mi dependencia frente a la vida o a alguien más. Hay muchas
probabilidades de que mi cuerpo me diga que tengo que pararme cuando me duelo
el coxis.
Es mi inseguridad la que se manifiesta en relación con mis necesidades
de base, de supervivencia, en particular el hecho de tener un techo, alimento,
vestidos, etc.
El alimento aquí se refiere a las necesidades físicas como emocionales y
sexuales. Cualquier persona necesita amor en su vida.
También necesita comunicación mediante relaciones sexuales con uno o su
pareja.
Estas necesidades generalmente se niegan y reprimen,
sobre todo a causa de mis principios morales y religiosos, lo cual me lleva a
estar insatisfecha. Puedo sentirme entonces impotente en todos los sentidos del
término y hay una ira incubando dentro mío.
Debo poner mi orgullo de lado, es decir mis miedos.
Debo confiar en la vida y sobre todo hacer confianza
en mi capacidad por expresarme y asumirme.
Cuando siento dificultades vinculadas con este aspecto
de mí mismo, compruebo interiormente hasta qué punto estoy (quiero ser)
dependiente de una persona que, conscientemente o no, satisface ciertas necesidades
de mi vida. Soy capaz de cumplir mis propias acciones, de ser autónomo. Es
posible que las personas con las cuales me vinculo sean mucho más dependientes
afectivamente que yo y que tengan necesidad de este tipo de relación.
Acepto ver hasta qué punto hago muestra de
independencia y vigor en mi vida.
Debo soltar cualquier sentimiento de inquietud frente
a mis necesidades de base y tomar consciencia ahora de las fuerzas que me
habitan y afirmar que soy la persona mejor colocada para garantizar mi propia
supervivencia. Al estar vinculado el
coxis con el primer chakra, un desequilibrio al nivel de este centro de energía
puede conllevar desordenes físicos, los más corrientes tocando el ano o el
recto (hemorroides, irritaciones), la vejiga (trastornos urinarios,
incontinencia), la próstata. También se puede encontrar dolores en la base de
la columna vertebral, una toma o pérdida de peso considerable (obesidad,
anorexia) y una mala circulación sanguínea al nivel de las piernas (flebitis),
manos y pies.
Estos males me dan una indicación que
tengo necesidad de volver a equilibrar este centro de energía.
Vértebras dorsales: el modo de
identificar cada una de ellas es por la letra D que designa “dorsal” seguida
del número secuencial de la vértebra.
Otro modo también es usar la letra T
para designar las vértebras torácicas, y es lo mismo. Amor: El amor aquí
referido es como el amor de una madre para su hijo. Cuando está afectado mi
coxis, puede que viva el miedo a perder o no tener como mínimo un amor similar
al que un hijo está en derecho esperar de su madre. Se trata aquí de este tipo
de amor y no de una relación amorosa entre adultos.
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