TETRAEDRO: FUEGO. (Se puede poner en el área del ombligo) Es un triángulo
que representa el fuego sagrado, el primer elemento que da origen a la
sabiduría. Tiene 6 aristas, 4 caras triangulares y 4 vértices. Atrae fuerza, Generosidad,
voluntad, decisión, energía, valor, justicia, energía y Entusiasmo, seguridad,
autoestima y confianza en el presente y el futuro.
CUBO: TIERRA. (Se puede poner en
el área del bajo vientre). Tiene 12 aristas, 6 caras cuadradas y 8 vértices
representando el secreto del mundo natural. Es la Tierra, lo que ha nacido de
la naturaleza. Se pone sobre
el área baja del vientre para tomar contacto
con la realidad y unirse a los proyectos de quienes le rodean y del mundo en
general, atrae riquezas, prosperidad, abundancia y todo lo que signifique
llevar a buen término los propósitos, perseverancia, emoción, claridad en las
metas.
OCTAEDRO: AIRE. (Puede
ponerse sobre la frente en medio de la nariz).
Está formado por 12 aristas, 8 caras triangulares y 6 vértices que
significan el aire. Simboliza la comunicación y el pensamiento sabio, que tiene
el poder de perfeccionar la materia. Dota de poderes de comprensión,
entendimiento, facilidad para convencer, produce ventas exitosas, buen humor,
equilibrio energético y armonía para tener una salud perfecta y un corazón contento.
DODECAEDRO: ESPIRITU. (Puede ponerse
sobre la coronilla o en la parte de arriba de la frente). Con 30 aristas, 12
caras pentagonales y 20 vértices,
representa el quinto elemento (energía, éter, prana, ki, chi). Es el poder femenino, la forma Madre primigenia que
da origen a la creación de todas las cosas. Es la conexión directa con la luz
del creador que vitaliza todo, dando el poder de generar cualquier idea y
solicitar cualquier cosa con emoción y claridad, recibe todas las
bienaventuranzas que nos pertenecen por derecho
divino.
ICOSAEDRO: AGUA. (Puede ponerse sobre el corazón). Con 30 aristas, 20
caras triangulares y 12 vértices, es la conciencia del agua, lo masculino, el
padre y la semilla de la vida, la forma del Universo. Calma, aclara, armoniza las
emociones, releva a los sentimientos de cualquier malestar, tristeza, enojo,
rencor y hasta del recuerdo obsesivo de un mal amor. Armoniza los ciclos femeninos,
disminuye la retención excesiva de agua y fluidos corporales nocivos, filtra
las envidias, protege del mal de ojo.
Todos estos “solidos platónicos” son
vehículos de conciencia que forman una red o lenguaje de luz que conecta la red
icosaédrica de 20 triángulos al conocimiento del Cosmos. Son enrejados que nos
cubren y traen información a través de
los 144 mil sellos de energías cristalinas (así se decodifica la luz) activando
la llegada de la conciencia crística y formando una red de ascensión donde
nuestro planeta vibre en una frecuencia más alta para seguir evolucionando.
Dentro del paquete de tratamiento brindamos
todas estas terapias
para la recuperación de las molestias del paciente.
Te esperamos
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